Esta vez, el paseo en bici de los viernes, nos llevó a Jesús y a mí otra vez hasta Poblete, pasando por los primeros signos de la primavera en los campos de la Mancha.
Pero esta vez no nos detuvimos a la entrada del pueblo y seguimos ruta, aprovechando que la luz ya dura más horas, y llegamos hasta la parte de la Ruta de Don Quijote que se dirige al yacimiento arqueológico de Alarcos.
Aquí, existe una vía para peatones, ciclistas y monturas, paralela a la carretera, que se aleja alrededor de 1 km. del pueblo.
Hay que ver lo sencilla que resulta la convivencia en este tipo de infraestructuras entre peatones y ciclistas, cada uno cede un poco y todos cabemos y pasamos a la vez por ellas, y lo dificil que es aplicar esto mismo en las ciudades. No lo entiendo. Sólo se trata de reducir la velocidad, hacerse a un lado y ceder el paso, tanto unos como los otros. Me recuerda a lugares más civilizados en la cultura de la bicicleta.
Ante la imposibilidad de continuar por la carretera hasta el bonito paraje del Puente del Guadiana, debido a que el que suscribe iba sin casco (sí, es obligatorio en vías interurbanas y la gracia son 80 € y la inmovilización del vehículo) dimos la vuelta y volvimos por donde habíamos venido.
Al llegar a Miguelturra, como todavía quedaba luz, nos acercamos al recién construído helipuerto de emergencias del Sescam, desde donde se tiene una bonita vista del pueblo en la lejanía.
El helipuerto está situado en el Cerrillo de Sabineta, en el Camino de la Serna.
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