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lunes, 10 de octubre de 2011

Rapidez y comodidad como factores determinantes.

Hace unos días, un experto en movilidad comentaba en un programa de televisión que los principales factores que condicionan el uso de un medio de transporte son el económico, la rapidez y la comodidad. El primer factor debía verse no como el que más económico sale al usuario sino como aquel que interesaba a los poderes económicos, siendo este factor, en principio, perjudicial para el consumidor. El coche no es económico para el propietario, pero se vende con la falsa promesa de los dos siguientes factores de "elección".
Los otros dos factores, tras tener en cuenta lo que el primero ha decidido "que es mejor para el usuario", sí son de elección propia. Por eso es muy importante que, para el desarrollo de una sana y atractiva Cultura de la Bicicleta, se cumplan estas dos últimas premisas.
Si alguien pregunta a un habitante de uno de esos lugares con amplia cultura de la bicicleta que por qué se desplaza en bicicleta la respuesta tiene que ver con estos factores: porque es la forma más cómoda y rápida de llegar a los sitios. Los factores medioambientales o de salud quedan en un segundo plano.
Hacer que los desplazamientos en bicicleta sean más atractivos que aquellos que se realizan en un vehículo a motor es la principal prioridad de un sistema que pretenda dar a la bicicleta el rol que se merece en las ciudades. Para que estos dos factores se cumplan es muy importante el diseño y realización de infraestructuras adecuadas en las que desplazarse de A a B sea mucho más rápido caminando o en bicicleta que en coche. Además, es necesario que cuando se llegue al destino sea mucho más fácil y cómodo el poder aparcar una bicicleta que no un coche.
El diseño de las ciudades amables con la bici y, por ende, con sus ciudadanos, se basa en estas premisas. El centro de las ciudades es directo para estos vehículos, pudiendo incluso desplazarse a contramano en calles de un único sentido, mientras que para los vehículos particulares a motor, llegar de un sitio a otro conlleva más obstáculos. Ésto ahonda además en la necesaria desaparición de esos supuestos carriles bici basados en la única señalización de los mismos sobre una acera mediante marcas viales en los que los desplazamientos, al contrario de ser más efectivos, lo único que provocan en obstaculizar tanto el desplazamiento en bicicleta como el desplazamiento a pie y crean conflictos innecesarios.
En mi reciente visita a Zaragoza, a pesar de que sus infraestructuras tienen mucho que mejorar, ya que terminan en puntos muertos y sin continuidad, una de las cosas que me sorprendió gratamente fue que agilizan el tráfico en bicicleta ya que, en zonas en las que los vehiculos a motor debían sufrir un semáforo cada pocos metros, el carril bici evitaba el uso de ellos, haciendo que los desplazamientos en bicicleta durasen mucho menos que en coche. Ahí empieza el meollo de la cuestión y a partir de diseños racionales y pensados hay que comenzar a trabajar.
A pesar de que ni en Miguelturra, donde vivo, ni en Ciudad Real, donde trabajo, existen infraestructuras ciclistas útiles y, quitando rodeos por los parques, tengo que sufrir los mismos semáforos, cruces y atascos que los coches, tengo comprobado lo siguiente:
Ida al trabajo:
Distancia en bicicleta: 6,2 Km.
Tiempo de desplazamiento (incluido aparcamiento en mi propio trabajo): 20 minutos.
Distancia en coche: 5,5 km.
Tiempo de desplazamiento (incluido aparcamiento y desplazamiento desde éste al trabajo): entre 15 y 20 minutos.
Vuelta desde el trabajo:
Distancia en bicicleta: 5,1 km.
Tiempo de desplazamiento: entre 15 y 20 minutos.
Distancia en coche: 5,5 km.
Tiempo de desplazamiento (incluido desplazamiento hasta el aparcamiento): 25 minutos.

Imaginad si se primase el desplazamiento en bicicleta...

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