"No, no podemos poner esa señal de stop para regular el paso en ese cruce sin visibilidad, ralentizaría el tráfico y es la arteria de entrada principal", decían. "Se van a formar atascos".
"¡Uff! Aumentar el tiempo de cruce para los peatones en ese semáforo sólo ralentizaría el tráfico y formaría más atascos", volvián a decir. "consideramos que 20 segundos son suficientes para cruzar los cuatro carriles y los dos minutos que dura cerrado a los peatones ayuda a descongestionar".
"¡No! No podemos sacrificar un carril de circulación para transformarlo en infraestructura para las bicicletas", argumentaban. "¡Sólo provocaría más atascos! Pero no os preocupéis, haremos un laberíntico, inseguro y pasa por donde cabe, carril sobre esa acera. Total, todavía cabe un peatón, además".
La no consideración de tráfico a desplazamientos distintos a los de motor en nuestras ciudades provocan estas consideraciones, estas reticencias y estas faltas de visión general y de futuro. No sólo los coches son tráfico. No sólo los coches deben tener todo el derecho a no colapsarse y a la circulación fluída. Porque, por mucho que se crea lo contrario, lo único que evita los atascos no es hacer más carreteras, ni entorpecer el flujo peatonal, ni priorizar otras formas de desplazamiento. Lo único que los evita es quitar cohes de la circulación y nada más. Por lo tanto, esa supuesta fluidificación del coche, lo único que genera son más atascos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario