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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Libertad de movimiento.

Cualquier españolito medio (a día de hoy yo también), prefiere el coche particular para ir de vacaciones o hacer una escapada turística. La libertad que te da el coche no te la puede ofrecer otro medio de transporte: salir a la hora que quieras, desplazarte a poblaciones cercanas, etc. ¿O no tiene por qué ser así?
Os voy a poner el ejemplo de Bélgica, para demostrar que esto puede hacer cambiar de opinión a muchas personas. De hecho, cuando salimos al extranjero, pocos echan de menos el coche propio.
Bélgica, presume de tener la mejor y mayor red ferroviaria de toda Europa, si no del mundo. Cada 15 minutos hay un tren que conecta las principales ciudades del país. Cuando sacas un billete, sólo especificas tu destino y el día del viaje. No tienes que estar atado a un horario concreto. Simplemente tomas el primer tren que llegue a tu destino, es decir, sales a la hora que quieres. Da lo mismo que ese tren llegue a Brujas o a Ostende, si pasa por tu destino, te sirve. Los trenes son relativamente rápidos y cómodos y, si pierdes uno, siempre hay otro, como el metro.
Un vez que llegas a tu destino, o bien has transportado tu propia bici en el tren o bien alquilas una en los numerosos puntos a tu alcance. Con ella, te mueves no sólo por los carriles bici de la ciudad que quieres visitar, sino que, utilizando la extensa red de carriles bici de país, vas sin problema a todas las localidades cercanas. Siempre tendrás un sitio donde aparcarla (no como el coche) y disfrutarás de tu recorrido.
Éste, como muchos otros, es uno de los ejemplos de que, con una buena red de transporte público más bicicleta, se puede ir de vacaciones y turismo ahorrando atascos, dinero, gasolina, aceite, ruedas, seguro... Y siempre, encontrar un aparcamiento.
Sólo falta que éste, nuestro país, evolucione. Está muy bien la Alta Velocidad para trayectos muy largos, pero hace falta una red agil de trayectos cortos.

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