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sábado, 5 de febrero de 2011

Aceras diseñadas para coches.

Sí, aunque parezca una aberración, es la triste realidad en nuestras ciudades. Las aceras también están diseñadas para los coches. Me dí cuenta, hace poco, dando un largo paseo alrededor de mi localidad. Cuando uno camina por las aceras, sobre todo en las zonas residenciales de unifamiliares, tiene que estar constantemente subiendo y bajando, llevando los tobillos en ángulo, porque están plagadas de salidas de cocheras. Este efecto se acrecienta en las aceras estrechas, en las que, debido al ángulo de las salidas de vehículos, parece como si caminases perpendicular a la ladera de una montaña. No me extraña que muchos peatones, bien con cochecitos de bebés o ancianos, prefieran caminar por la calzada.
Pero la cosa no queda ahí, las aceras fueron diseñadas para vehículos desde el principio del uso masivo de éstos ya que, en los cruces, éstas se terminan, y es el peatón el que tiene que subir y bajar, en lugar del coche. ¿Por qué es esto así? ¿Porqué no se fuerza a los coches, ya que el peatón tiene prioridad en estos pasos, a ser ellos los que sufran un resalto? Debería ser generalizado, al igual que se hace en los pasos de peatones elevados. Una continuación de las aceras sobre la calzada.
El coche se comió las aceras, que en muchos lugares son meramente testimoniales. Recuperémoslas.


Las salidas de cochera fuerzan a que el peatón camine escorado, Al fondo, continuación de la acera en un paso peatonal elevado.

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