A sazón del tema más comentado y manido de estos últimos días, nuestras ciudades inhabitables por la contaminación, el scalextric party (el término no es mio, no recuerdo de quién es pero me parece un apodo estupendo) ha aprovechado para aportar su solución al problema: renovar el parque automovilístico. ¡Eso, vender más coches para provocar la misma contaminación a medio plazo! Es, nunca mejor dicho, como apagar el fuego con gasolina. No hemos tenido suficiente incremento de vehículos a motor con esos 2.000 euros por coche que hemos pagado, TODOS. ¡Hay que vender más! Si todos esos miles de euros se hubieran dedicado a crear transporte público e infraestructuras ciclo-urbanas, otro gallo cantaría a estas alturas.
Cada cual acerca el ascua a su sardina, pero no se puede consentir que nos engañen con falsas promesas de que que los coches son ahora muy, pero que muy verdes y que la solución al problema (ésta es la mía) pasa por renovarlos. ¡Seguid contaminando! (mientras yo vendo).
El Gobierno propone gravar los coches más contaminantes, es decir, los de más de 10 años, aunque ya me gustaría a mí saber si contamina más un utilitario con esa edad o un super SUV todoterreno integral chachi-guay-de-eficiente actual. Esta subida de impuesto estaría bien si se reinvirtiese, íntegramente, en infraestructura alternativa y mejora de la calidad de las ciudades, pero me temo que no será así.
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