Me he encontrado hoy con Toñi, de Ciudad Real en Bici, y se preguntaba de qué forma podríamos reeducar a esos conductores intolerantes para que nos respeten cuando circulamos con todas la de la ley por las vías públicas. Y la cosa es difícil, porque cambiar los hábitos de un animal de costumbres cuesta trabajo.
Últimamente, a sabiendas que los que se comportan así lo suelen hacer con todos los usuarios de la vía (no parando en los pasos de peatones, llevando muchas prisas y pegándose al culo del coche de delante, no respetando los cambios de carril, etc.) llevo un tiempo haciendo dos cosas cuando tengo que desplazarme en coche, para tratarlos de tú a tú y que, aunque sigan considerándote un estorbo, por lo menos que sea del mismo tamaño que ellos.
La primera es, aparte de respetar a rajatabla los límites de velocidad, ir por las calles del centro de mi localidad a entre 30 y 40 km./h, para hacer de pacificador voluntario. Al final, el prisas acaba despegándose de tu culo en un 99% de los casos (el otro 1% acaba cabreadísimo, je, je).
La segunda, cuando vuelvo a casa del trabajo en coche, lo hago por una carretera sin arcén, limitada a 50 km./h. pero que parece ser que soy el único que respeta, que, debido a ésto, no utilizo cuando vuelvo en bici. Pues bien, esta carretera es bastante frecuentada por ciclistas y raro es el día en el que no me cruzo con alguno. Cuando veo que uno de mis colegas viene de frente, pegadito a su derecha, y trae algún coche detrás, me desplazo a la izquierda del carril, sin invadir el contrario, claro, para así evitar tentaciones del conductor de adelantar al ciclista con el pensamiento de "cabemos los tres". Os puedo asegurar que funciona y que ya he frustrado algunos adelantamientos peligrosos.
A ver si así, en un cara a cara (coche a coche), podemos cambiar un poco las costumbres que no nos permite la debilidad de la bicicleta.
Y vosotros, ¿tenéis algún truco?
1 comentario:
Jejeje... yo hago lo mismo, de pacificador a 40. Pero en logroño hay alguno que es capaz de saltarse una doble continua e invadir una isleta pintada con tal de aldelantarme cuando voy a la velocidad legal.
Lo de frustrar adelantamientos no me mola, por que seguro que alguno sigue pensando que cabe...
Hay mucho trabajo por delante.
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