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miércoles, 4 de abril de 2012

El uso de la bicicleta provoca disfunción sexual.

Parece ser que cuando no se habla durante mucho tiempo de una universidad, ésta lanza un estudio impactante para salir en los medios de comunicación de todo el mundo y así provocar una reacción vírica.
Pues bien, desde mi "no cátedra", mi experiencia y viendo que millones de personas en todo el mundo usan la bici a diario y gozan de una excelente salud, de todo tipo, gracias a ella, voy a intentar desmontar la investigación y dar algunos consejos sobre ese destructor de la humanidad llamado sillín.
Como premisa, hacer notar que la investigación proviene de Estados Unidos, país que vive en un estado permanente de alerta, que necesita sus miedos a algo y en el que una incipiente Cultura de la Bicicleta está molestando mucho a la todopoderosa industria del automóvil.
Pues bien, partiendo de esta base debo decir que existen muchos tipos de sillines. Si el estudio se basa en esas piedras alargadas que se utilizan para la competición tanto en carretera como en montaña y se utilizan durante kilómetros y kilómetros, puede que tenga razón. Pero en un uso de la bicicleta como vehículo urbano, para pasear o hacer turismo, la cosa cambia bastante. Los sillines anchos, de gel u otros materiales que amortiguan y dan una total comodidad, producen casi una nula presión sobre el nervio perineal, el culpable de este asunto. La inclinación del sillín también es importante. Una posición paralela al suelo, o incluso con la nariz orientada ligeramente hacia éste, evitan esos entumecimientos de los que habla la investigación.
Pero existe otra cuestión muy importante en este tema y es la posición que adoptemos en la bicicleta. Como blog de ciclismo urbano, siempre recomiendo que la postura en la bicicleta sea la más idónea para tal fin, la erguida. Llevar la espalda recta o casi sobre nuestro vehículo no sólo nos permite tener una mejor visibilidad sobre la bici y descargar hombros, trapecios y muñecas de un peso extra, sino que permite que nuestro peso descanse sobre los isquiones y no sobre el perineo. Es decir, que vamos sentados sobre el culo y no sobre la entrepierna. Tendremos dolorcillo en esa zona los primeros días, pero no presión sobre el nervio en cuestión.
Resumiendo, elegir el sillín apropiado, utilizarlo en una posición idónea y vigilar la postura sobre nuestra bici, hacen del todo innecesario comprar un sillín sin nariz, como concluye el artículo, y nos proporcionan la salud y satisfacción que sólo la bicicleta puede dar.
Y recordad, el coche produce disfunciones cerebrales tales como ira, estrés, agotamiento y prisas, mucho más peligrosas y reales que las que pueda provocar el sillín.

2 comentarios:

Hernan dijo...

Pos chico. A mi me pone berraco lo de la bicicleta. Y respecto a lo del sillín... es buscar uno que te sea cómodo, que cada culo es un mundo.

guss dijo...

Ayer ví la noticia servida en la bandeja negra de las malas artes.
Estoy completamente de acuerdo contigo en todo, y lo de esos personajes negros, semejantes a los hombres grises de Momo, que se fuman nuestro tiempo, y nuestra vida.