Buscar en este blog

viernes, 4 de mayo de 2012

El cerebro, la conducción y las bicicletas.

Sólo una pequeña nota.
Llevo vistos en las últimas semanas varios documentales sobre el funcionamiento del cerebro y he aprendido muchas cosas interesantes.
Un de ellas tiene que ver con la circulación compartida de vehículos a motor y bicicletas y el número de accidentes entre ambos.
Pues bien, resulta que nuestro cerebro funciona en un 90% de forma automática, con lo ya aprendido de antemano y utilizando su parte inconsciente para tomar decisiones rápidas. De esta forma, no tenemos que pensar en el siguiente paso a dar, se reconoce con lo que se va a interactuar como algo normal y se actúa sin intervención del cortex, su parte consciente.
Visto ésto, se ponía como ejemplo la conducción de un vehículo. Uno mueve los pies sobre los pedales, las manos sobre el volante y la palanca y reacciona al entorno que nos ofrecen las imágenes captadas por los ojos de una forma aprendida e inconsciente. De esto se encarga el tálamo, que decide, ante lo captado por los ojos, si es algo conocido o si, por el contrario, debe remitirse al cortex para un análisis consciente antes de tomar una decisión, por lo que el tiempo de reacción es mayor.
Toda esta introducción sirve para comprender que, cuantas más bicicletas circulan por nuestras calles, el número de accidentes disminuye, al convertirse en algo tan cotidiano que el cerebro no tiene por qué analizarlo de forma consciente sino que está almacenado en su base de datos como algo aprendido y a lo que reacciona con normalidad, sin causar estrés en el organismo. Son más comunes los accidentes con bicis en aquellos lugares en los que son raras.
Así que ya sabéis, más bicicletas igual a menos accidentes, y demostrado con base científica. Por la seguridad de todos, sacadlas a la calle.

El cerebro reconoce y reacciona ante lo cotidiano sin estrés.

1 comentario:

Hernan dijo...

Me ha gustado mucho este apunte, breve pero contundente.