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viernes, 14 de septiembre de 2012

Los peligros de la derecha.

Y no, no voy a hablar de política, sino de seguridad vial y conducción defensiva. Y en concreto de cómo circular con seguridad por ese complejo cruce que es una rotonda.
Todos conocemos ya los peligros de circular pegados a la derecha: ser adelantados sin la necesaria distancia legal de seguridad, recibir un portazo de un coche aparcado, acabar acorralado contra un bordillo, ser embestido por un coche que salga de un cruce o que gire a la derecha, etc. El principal problema es que, por supuesta prudencia y miedo, hay muchas personas que circulan en bicicleta de esta manera, en la falsa creencia de que es menos peligroso. Y al coche hay que mostrarle que estás en tu sitio, con todos los derechos y deberes que él y no dejarse avasallar.
Esta forma de circular, pegado a la derecha, cobra especial peligro en las rotondas. Y voy a intentar explicarlo en este artículo con los siguientes esquemas, bocetos de una rotonda que uso a diario y que está situada entre una travesía y una autovía, no en la ciudad, cobrando especial peligro:

Esquema 1: circulando pegados a la derecha.

 Esquema 2: circulando centrados.


Como se puede apreciar en este esquema, circulando pegado a la derecha, encontramos la primera situación de riesgo en la primera salida. El vehículo nos adelanta por la izquierda y se nos cruza por delante para salir de la rotonda. Esto me sucedía cada dos por tres. Circulando por el centro de la rotonda, los coches te rebasan por la derecha y toman la salida directamente.
La segunda situación evitable es la de siempre. Un vehículo nos adelanta a escasos centímetros sin respetar el metro y medio de seguridad. Circulando centrados, forzamos que el vehículo nos adelante por el carril izquierdo o permanezca detrás.
El tercer punto de peligro tiene que ver con el ángulo de visibilidad de un vehículo que se incorpore a la rotonda. Ésto lo podéis comprobar fácilmente cuando circuláis vosotros en coche. Si circulamos muy pegados a la derecha, podemos entrar en ángulo muerto de visión para el conductor que entra en ella, provocando que arranque sin vernos. Circulando por el centro, nos haremos mucho más visibles. Otra cosa muy importante en este caso es el contacto visual. Trascender los límites de la máquina y contactar de persona a persona. Algo muy efectivo.
Por último, cuando entres y salgas de la rotonda hazlo también por el centro del carril. Si lo haces por la derecha, dado que en ese momento el conductor de un vehículo tiene que mirar hacia la izquierda para ceder el paso, puedes acabar despachurrado.

3 comentarios:

Hernan dijo...

Bueno... hablando de rotondas.
Hay una situación en la que me he visto inmerso ya varias veces que me pone los pelos de punta por que no puedo hacer nada más que frenar y cruzar los dedos. Y es cuando el vehículo que circula por el carril interior quiere tomar la primera salida y le da igual el resto de vehículos que estamos en el carril exterior obligándonos a frenar o apartarnos, los que podemos. A ese tipo de individuo le da igual que seas coche, moto, bici o camión que no te va a ver por que se piensa que él lo esta haciendo bien. En fin... cuidadito con esta gente. Dí que moteros y ciclistas desarrollamos un sexto sentido ante este tipo de energúmenos y los calamos a tiempo muchas veces... pero habrá alguna que no y tendremos un disgusto.

Bicilenta dijo...

Sí señor. De esos gilipollas hay muchos, y "enderezadores" de rotondas también, que la toman por el carril interior y te salen derechos de frente por el interior y, encima, pitando alque está haciendo su giro legalmente por el carril exterior. No creo yo que sea tan difícil circular por una rotonda, sólo hay que "estirarla" y tratarla como cualquier vía de dos carriles. Pero hay mucho "unineuronal" al que se le da una máquina de 1500 kilos con motor.

Ban dijo...

Las rotondas deberían de ser llamadas "este a mí no se me cuela". La forma más simple de atajar el problema es obligar (por ley y bajo sanción) a vehículos a motor con marchas a coger la rotonda en segunda. Probad vosotros mismos y veréis que fluido va todo de repente en una rotonda! Da tiempo a entrar, sales tranquilo, no hay situaciones forzosas... Por eso digo: las rotondas en segunda!