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martes, 20 de noviembre de 2012

Caprichos políticos.

En esta historia de la bicicleta como vehículo, como en tantas otras, estamos en las manos de unos cuantos que deciden, según sus gustos y arbitrariamente, qué o qué no debe hacerse e incluso algo peor, criticar, eliminar y echar para atrás los proyectos de "los otros", sólo y exclusivamente por ser de los otros, aunque hayan costado lo suyo y cuenten con el apoyo de la mayoría de la población.
Porque la visión del transporte en bicicleta en nuestras ciudades no es una visión global de soluciones y futuro sino de cómo atajar un "problema" que se nos ha venido encima, dando caramelitos y parcheando partes de la ciudad intransitables. Porque si esta visión fuese la correcta, las áreas de nuevo desarrollo urbano estarían planeadas para el uso de la bici y, en la mayoría de los casos, ni tan siquiera se plantea.
Lo que sí parece estar claro es que, hoy por hoy en todo el mundo, las políticas de desarrollo del transporte en bicicleta se mueven a nivel municipal y son los consistorios de cualquier país los que las promueven o intentan eliminarlas, incluso en ciudades consideradas abanderadas de la Cultura de la Bicicleta.
Ejemplos, varios. Actualmente, de promoción están Londres y París, con todas sus pegas y su mucho por hacer, pero ahí están. El problema es qué pasará cuando se produzca un cambio municipal, como está ocurriendo en Copenhague, ciudad ciclista por excelencia: el nuevo alcalde de la ciudad está retrocediendo en el tiempo e intentando implantar la supremacía del coche otra vez.


Lo que queda claro en este intento por poner a la bicicleta en el lugar que le corresponde es que nunca hay que bajar la guardia, la industria del automóvil, el petróleo y todos sus satélites son muy poderosos.
Cuando un Holandés coge su bicicleta lo ve como algo de lo más normal. Muy pocos de ellos se plantean que detrás del mantenimiento de su Cultura Ciclista está todo un movimiento ciudadano, la poderosa fietserbond, que intenta sortear los caprichos políticos de turno. Que es muy difícil que allí ocurra un cataclismo ciclista, pues sí, pero que se vayan "comiendo" poco a poco a la bicicleta y demonizando su uso, incluso escudándose en su "muerte por éxito"... Nada es imposible.
Así que en los "países emergentes" en este tema, sigamos luchando, día a día, por lo que queremos y que, en sanidad, educación, cultura global y Cultura de la Bicicleta, no estemos expuestos a caprichos pasajeros.

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