La lacra del robo de bicicletas crece, por desgracia, exponencialmente con el número de personas que las utilizan en un punto concreto y siempre por la misma razón: hay alguien sin escrúpulos dispuesto a comprarla. Porque, si bien hay situaciones en las que es muy difícil conocer el origen exacto de una bicicleta de segunda mano, hay determinados países y ciudades en los que existen lugares concretos a los que la gente va a comprar esas bicis robadas.
En Amsterdam, a cada uno de sus habitantes se le robará la bici una media de 3 veces en su vida. Hay varias zonas en la ciudad en la que podrás recuperarla "por un módico precio", si no eres capáz de demostrar que era tuya.
Hay ciudades en las que, a pesar del uso masivo de la bicicleta, el mercado negro está muy poco extendido, como puede ser en Brujas, donde los aparcabicis son, en su gran mayoría, un poste anclado al suelo, con una boca que sirve para sujetar el tubo de la tija del sillín, y nada más. Las bicicletas allí, utilizan sólamente el cierre de anclaje de la rueda trasera. Existe un mayor respeto por la propiedad ajena.
En nuestro país, una importante cantidad de las bicis robadas por "profesionales" se desguazan y se envían por piezas al norte de África, por lo que resulta casi imposible recuperarlas.
A estas alturas, casi todos sabréis que los candados de cable de acero, tipo "rabo de cerdo", son faćiles de cortar y sólo sirven para dejar la bicicleta a la vista y durante periodos cortos de tiempo. Las cadenas tipo "boa", son más difíciles de cortar, pero con el tiempo también caén.
Los cierres de rueda trasera, muy utilizados en el centro y norte de Europa son resistentes, pero no permiten anclar la bicicleta a un poste fijo. Su única finalidad es impedir que el ladrón pueda subirse a ella y salir pedaleando y se utilizan en la rueda posterior porque es mucho más difícil llevar una bici en volandas sobre la móvil rueda delantera, que sobre la trasera fija. Aún así, cuando no hay un lugar fijo donde atarla, resultan muy útiles.
Pero todos los expertos coinciden en apuntar que el candado más seguro es el de forma de "U". Tiene una alta resitencia al corte y son difíciles de abrir, por el sistema interno de doble cierre. Existen, como en todo tipo de amarre, distintas categorías, que van desde la 1, la más débil, hasta la 5. El fabricante debe plasmar esta especificación en el candado.
Aún así, aunque sea el más difícil de romper, existen dos cosas a tener en cuenta antes de comprar un candado en "U", además de su índice de resistencia a la rotura, y que son más desconocidas:
1- Que la llave que se utilice en su cierre sea una llave convencional, de dientes. Los candados en "U" con llave redonda hueca son muy fáciles de abrir y después de hacer el esfuerzo de comprar uno nos servirá para poco.
2- Cuando candes la bicicleta con uno de estos cierres, asegúrate de que no quede demasiado holgado. Me explico, nunca permitas que la "U" deje espacio suficiente como para introducir herramientas hidraúlicas que, por presión, puedan acabar rompiéndolo. Siempre procura anclar el cuadro, rueda y todo lo que puedas para que no quede espacio entre la barquilla del cierre y el tubo.
Para concluír, siempre que te sea posible "doble-canda" tu bicicleta con los medios más seguros. Si alguien le ha echado el ojo, seguro que encuentra la forma de robarla, pero es cuestión de poner las mayores trabas posibles. El ladrón siempre irá a por lo más fácil.
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