Leyendas de Miguelturra en imágenes.

Lo primero, dar las gracias a todos los que acudisteis a este bici-paseo nocturno, con tiempo gélido, y una mención especial a aquellos que se desplazaron desde Ciudad Real por hacer esos kilómetros de carretera para estar allí.

Agradecer también la colaboración de Ciudad Real en Bici y Apedal Ciudad Real por apoyarnos en esta primera actuación en Miguelturra.

Ni que decir tiene, gracias a Manuel Viso, que nos deleitó con sus amenos relatos, además de ocuparse de la intendencia, y a Esmeralda Muñoz por su maravilloso relato sobre la Leyenda de Blanca y Sancho y la Cruz de los Enamorados.

Gracias de corazón a TODOS porque estos eventos no son nada sin aquellos que los hacéis posibles.

Dicho esto, comienzo el relato de la noche.

A pesar de las bajas temperaturas, nos reunimos alrededor de 50 personas en los alrededores de la Torre Gorda, una de ellas, incluso, sin bicicleta, porque le parecía suficientemente interesante para ello.

El recorrido se realizó sin ningún incidente de mención, siendo en todo momento respetados por los conductores, incluso en aquellos tramos en los que hicimos "alguna trampilla" y en las dos veces que cruzamos la carretera.

Delante de la ermita, entre nervios y titubeos, fui capaz de relatar la leyenda de la construcción de este emblema de Miguelturra.

(Fotografías, Charo Aparcio).

Primera imágen "fantasmal" de la noche.

Manuel Viso dando la bienvenida.

Una bonita imágen de la Torre Gorda, con los asistentes al fondo.

Continuamos ruta, cruzando la carretera, por el Camino de la Serna hasta las proximidades del helipuerto, donde Esmeralda nos deleitó con el relato de la Leyenda de Sancho y Blanca. La elección de este punto se debió a que es el lugar más probable por el que Sancho accedió a Ciudad Real, debido a que el camino principal estaba vigilado por culpa de la batalla acontecida días antes entre Miguelturra y Ciudad Real. Nos hubiera gustado la presencia de la luna llena, pero ésta se negó a aparecer.

Esmeralda relatando la leyenda...

...Y el grupo aguantando estoicamente el frío, totalmente embelasados por la misma.

La luna hizo un amago de mostrarse.

Desde allí, nos dirigimos a comernos unas merecidas castañas asadas y a calentarnos en la lumbre. Manolo aprovechó para contar otra historia, de la que nada se va a decir aquí.

Nuestros pedales nos llevaron entonces hasta el Barrio Oriente, la parte más antigua de Miguelturra, que conserva aún su estructura medieval, para oír la historia de los "fantasmas" que rondaban en la Noche de Difuntos por el barrio. El rincón elegido, de lo más propio.

Por último, acabamos esta velada junto al edificio que se levanta sobre un antiguo cementerio musulmán, lugar en el que el programa Cuarto Milenio rodó uno de sus reportajes, por los supuestos hechos paranormales allí acontecidos. Dicen, que si se fotografía el edificio cuando brilla la luna llena, en la impresión fotográfica se pueden ver las tumbas que allí había...(los que estuvisteis sabéis a qué me refiero) ;)

Allí nos despedimos, y esto fue todo en esta fría noche de leyendas.