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miércoles, 24 de abril de 2013

Elegir la bici correcta. Cuestión de sentimientos.



Cuando se pretende elegir una bicicleta, siempre está el estudio de su ergonomía, prestaciones, uso que se le va a dar, calidad y cantidad de sus componentes, peso, talla, medidas, ruedas, relación calidad precio. Y, cómo no, revisar cientos y cientos de comentarios sobre la misma... ¡Y todo esto, a la larga son tonterías!
Una bicicleta, una que se pretenda al menos utilizar y no sea un capricho pasajero, ha de elegirse con el corazón y no con el raciocinio. Porque lo principal para que una bici nos enamore realmente y no sea un objeto que usemos unos cuantos días y dejemos de lado es que nos llene por completo, que nos sintamos cómodos con ella, que disfrutemos a cada pedalada, que no sea una imposición que se clava en el culo, que produce dolor de espalda y muñecas y a la que cuesta subirse. Muchas veces basta con una pequeña modificación, subir ese incómodo manillar, poner un sillín más confortable, cambiar los neumáticos por unos más acordes al uso... Y en muchos casos, cambiar de bici, aunque sea una más barata, sencilla o vieja.
Porque, al final, en un uso diario de la bicicleta como medio de transporte, importan más las apariencias, la comodidad, los colores, las sensaciones, que los caros componentes y la lógica. Sentirse a gusto con una compañera que no tiene ni por qué ser cómoda ni gustar a los demás.
Tu bicicleta debe tener un vínculo contigo. Un vínculo emocional. Y todo lo demás es superfluo.

1 comentario:

Rafael C. dijo...

Comparto tu opinión, lo que pasa es que lo que dices lo haces desde la experiencia. ¿qué bicicleta elegirías si fueses a iniciarte? Es probable que ni siquiera sepas cuanto vas a durar usándola, además, todos nos debemos a nuestras limitaciones, o no, económicas a la hora de adquirirla. Yo mismo que comparto y predico tu filosofía de bici lenta, la utilizo a diario para acudir al "laboro" compré una MTB, porque me parecía más práctica, la podía dar hasta un uso deportivo, pero, llegado el momento, sólo la uso para lo que la uso por lo que debería, tal vez, cambiar de máquina, pero no lo hago ¿porqué? Creo que mi principal razón para no hacerlo es económica que por si el corazón fuera, me compraría una bicicleta holandesa.
Una sugerencia o petición, podías quitar el incómodo tema este de las letritas anti-robot.
Saludos, bicicleteros