Hay una cosa que me mosquea bastante, y es el desconocimiento de la inmensa mayoría de conductores hacia las normas (pocas) que rigen la convivencia en las vías públicas con cualquier usuario que no vaya en un vehículo a motor.
Y me fastidia especialmente porque se supone que esas personas han pasado por el estudio de un temario, un proceso calificador y unas prácticas que los han convertido en "aptos" para conducir máquinas de una tonelada por nuestras calles y carreteras. ¿Y qué demuestra ésto? Pues que son válidos los lemas de muchas de las autoescuelas de nuestro país, garantizando amplias cuotas de aprobados en el mínimo tiempo posible, pero que, realmente, no se aprende nada de nada de respeto ni de convivencia vial.
Pues bien, para aquellos que deseen aprender dos cosillas de forma rápida y para que sean capaces de aprobar en el menor tiempo posible, aquí está el Teorema del Rebaño:
Como parece casi imposible (para algunos, no todos) hacer ver al conductor de un vehículo a motor que un grupo de ciclistas debe considerarse como un todo (así lo califica la ley) y, por lo tanto, no se puede adelantar a una parte de ellos, meterse a la derecha de nuevo y cortar el grupo, y poner en peligro a todos los que por allí circulan y, por otro lado, una vez que el primer ciclista de un grupo ha rebasado un cruce, sea rotonda, perpendicular, regulado por semáforo, etc., el resto de vehículos deben esperar hasta que el último del grupo pase, es tan sencillo de realizar como el pensar en el grupo ciclista como si de un rebaño de ovejas se tratara (sin comparaciones odiosas, por favor).
¿Por qué a nadie se le ocurre adelantar a un rebaño de animales para volver a incorporarse en medio de éste, ni rebasar un cruce cuando éste lo está cruzando, y sin embargo sí se hace cuando se trata de un grupo de personas? ¿Acaso merecen menos respeto hacia su vida o los pastores dan tanto miedo?
Pienso que, como ejercicio de visualización, similar a lo de imaginarse a los asistentes a una conferencia desnudos para evitar los nervios escénicos, habría que ver a un grupo de cilcistas como a un rebaño, sin fisuras y sin posibilidades de interrupción. Un manera sencilla y entendible por todos para este hecho ignorado.
Y, ¡por favor, nada de bromas comparativas! Que, si acaso, más similar es un atasco a un grupo de borregos que una marcha ciclista...
Y otro día expondré el Teorema de la Caca de Vaca para hablar sobre las distancias de adelantamiento.
1 comentario:
Eso,eso,muy rustico
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