Después de casi tres meses de trabajo, de desmontar, quitar óxido, pulir todas las piezas metálicas, lijar, imprimar, pintar, filetear y barnizar y dar los últimos detalles, a falta de poner las calcas, aquí está el resultado de la bicicleta Orbea de señora de finales de los años 50, principio de los 60 del siglo XX, justo a tiempo para el primer encuentro de bicicletas clásicas de Miguelturra, que ha resultado todo un éxito.
La red salvafaldas ha sido tejida directamente por Charo sobre la bicicleta, dándole ese toque tan especial, junto con la cesta.
El piloto trasero es un Rinder original de la época, conseguido como pieza antigua nueva, es decir, en su caja original, sin estrenar, pero fabricado en los 50-60.
El faro delantero también es un Rinder original restaurado.
Pata de cabra al eje de la rueda trasera.
Todas las piezas de la bicicleta son originales, excepto los puños, los pedales, la pata de cabra y el sillín, que después de haber quitado el óxido, pulido y barnizado con laca antióxido para metales, el cuero se había degradado tanto con el tiempo y los elementos que se rajó al intentar montarlo. Está en espera de una piel en condiciones.
Ahora, tengo estas dos joyas en casa... ¡Y espero que sean más!
No hay comentarios:
Publicar un comentario