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martes, 14 de abril de 2015

Dos formas de sumisión.

Hoy hablar de dos pequeñas y simples notas mentales que reflejan muy bien la sumisión y asumpción ante el coche en nuestras ciudades.

La primera, forma de sumisión, es algo que nunca entenderé y que sin embargo, como buenos vasallos que debemos ser, se recomienda hacerlo en todos los manuales de educación víal. ¿Por qué hay que darle las gracias al conductor de un vehículo que se para en un paso de peatones para que crucemos? ¿Acaso me está haciendo algún favor o simplemente cumpliendo el Código de Circulación? ¿Hay que dárselas también cuando se detiene en un semáforo en rojo por haber tenido la deferencia de hacerlo?
Seguir las normas con el resto de usuarios, no es hacer ningún favor.

La segunda, debería ser una vergüenza para todos. ¿Quién no recuerda de niño el ir andando al colegio? ¿Que levante la mano aquel que no se iba por las tardes a cualquier sitio en bici con los amigos? Yo lo he hecho, y estoy hablando de Madrid en los 70 y no de cualquier pueblecito con escaso tráfico.
Entonces, ¿por qué son necesarios los caminos escolares seguros hoy en día? ¿Tanto hemos perdido ya que tenemos que llevar a nuestros hijos o en coche o por senderos controlados? ¿Tanto asumimos que el coche manda y debemos apartarlos de las calzadas? ¿Por qué no reeducar al tráfico en lugar de protegernos con miedo de él?

Bien, estas son mis dos reflexiones de hoy. Se admiten, como siempre, todo tipo de opiniones.

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