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viernes, 23 de julio de 2010

Diario del viaje a los Países Bajos. Día 4.

26/06/2010

¡Hoy comienza nuestra aventura por el IJsselmeer!
Tras dejar el hotel, tomamos el tranvía 16 hasta la Estación Central. Desde aquí hasta donde se encuentra el barco hay un paseo de unos 10-15 minutos por una plataforma (compartida para peatones y bicicletas) que pasa por el restaurante chino Sea Palace, la biblioteca pública de Amsterdam y el museo de la ciencia Nemo.
Llegamos al muelle sobre las 11:30 y buscamos el barco Waterland para ver si podemos dejar las maletas. Encontramos el barco y, al acceder el camarote, el mundo se nos viene abajo: ¡es pequeñísimo para 4 personas! Vemos los de dos personas y, aparte de que la cama de abajo es el doble que las nuestras, en comparación, el espacio es mucho mayor. El camarote de 4 personas sólo tiene medio metro más que los de dos. Además, al ir en proa, el techo de una de las literas queda a escasos 30 cm. de la cara. Si viajáis 4 personas, sin dudarlo, ¡coged dos camarotes de 2!
Tras el cabreo inicial y para relajar los ánimos, nos acercamos a ver la Open Bare Bibliotheek (biblioteca pública de Amsterdam). Merece la pena una visita. Es un edificio donde se han cuidado todos los detalles para disfrutar con la lectura y los juegos para niños. Hay que verla. Además, cualquiera puede acceder a Internet desde allí (en caso de que lo necesitéis).
En la planta última hay un restaurante de la cadena La Place, donde pretendemos comer hoy, ya que, se suponía, la comida del primer día no estaba incluída.



Restaurante chino flotante Sea Palace. Es el segundo mayor del mundo después del de Hong Kong.

Después de comprar la comida y tomarla en la terraza de La Place, con preciosas vistas sobre Amsterdam, volvemos al barco que, se supone, parte a las 13:30 h.
Conocemos al resto del grupo y entablamos conversación con dos ibicencos: María y Rafa.
Yo, que no había comido en La Place, me como el bocadillo en cubierta y, al poco, avisan para que bajemos a comer. ¡Qué chasco! Como es lógico, practicamente no comemos nada.
A las 14:00 horas, partimos en dirección a Hoorn, donde llegaremos en unas 4 horas.


Saliendo de Oosterdok, Amsterdam.


Un macrocrucero italiano, al lado del cual, nuestro barco, parece de juguete.


Torres de alta tensión en medio del IJsselmeer.


Disfrutando de la primera hora en cubierta.


Barco tradicional del IJssel.


Faro.

Tardamos más de lo previsto y llegamos a Hoorn atardeciendo. Hace mucho calor y, como no, me quemo de estar sentado en cubierta.




Vistas de la torre defensiva de Hoorn desde el puerto.

Hoorn fue durante mucho tiempo un próspero centro comercial, al ser la sede central de la Compañía de Las Indias Orientales. Su casco antiguo así lo demuestra. Ha sido declarado patrimonio protegido.


Escudo de armas de Hoorn (Cuerno), representado por un unicornio.


Escultura en el puerto. Sólo hay tres figuras, la otra estaba viva...

El primer contacto con las bicicletas es caótico. Pensábamos que lo de dar tu talla en la reserva del viaje iba a servir para algo, y que las bicis ya estaban asignadas a cada uno, ¡pero no! ¡Todas nos quedaban o bien grandes o bien pequeñas!
La mia parecía un caballo y era casi imposible conseguir que dejase de vibrarme el manillar hacia los lados, más, teniendo en cuenta, que llevaba el semitandem supletorio con Iria.


Las bicis recién bajadas del barco.

Tras cerca de una hora de problemas y deliberaciones, nos disponemos a dar un corto paseo por la ciudad, ya que se ha hecho muy tarde. El manillar se mueve por voluntad propia pero, poco a poco, me voy acostumbrando. A esto y a tener que trepar al sillín cada vez que me bajo.
La bicicleta anda de maravilla, las marchas son muy suaves y el añadido va muy bien para la pequeña. Parece que nos va a ir bien en el viaje.


Saliendo con "el autobús".

En Hoorn, los coches tienen menos respeto a las bicis que en Amsterdam. Cuando llevamos un rato, Charo choca contra un coche aparcado, por suerte, sin consecuencias.
La primera toma de contacto con las bicis ya se ha superado..., con algún contratiempo.
Regresamos al barco, montamos las bicis en cubierta y bajamos al pueblo a dar un paseo y tomar unas fotos de su bonito casco antiguo.


No es mi cámara, no. ¡Las fachadas tienen realmente esa inclinación!







Distintas vistas de la Grootmarkt (Plaza Mayor), donde se encontraba la sede de la Compañía de Las Indias Orientales. Hoy es un museo.
La Plaza Mayor está llena de gente y ambiente.




Palacios y casas señoriales del Siglo de Oro Holandés adornan sus calles.


"Superman" (sé que tiene una leyenda, pero ahora mismo no recuerdo cuál es).

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