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domingo, 11 de julio de 2010

Viaje a los Países Bajos. Consideraciones generales.

El viaje en general ha sido muy bueno, tanto la parte a nuestro aire como el circuito en grupo. Aquí os dejo una serie de consideraciones, recomendaciones y comentarios generales sobre el mismo y un enlace al diario.

1º) Hotel Sander. Amsterdam.
El hotel está muy bien, os lo recomiendo. La ubicación es perfecta; a un tiro de piedra en transporte público del centro (tranvía 16, parada Jacob Obrechtstraat), a un paso de Museumplein, pero a la vez en una zona tranquila y sin ruido, quizá, demasiado "pija" para ir a tomar algo.


Entrada al hotel

La habitación para 4 personas es grande, luminosa y espaciosa: una cama de matrimonio y dos camas individuales quedando espacio para pasar sin problema entre ellas y con una mesita y dos sillones en el centro de la habitación. Otra parte de la habitación, en otra altura, da paso a un pequeño saloncito con televisión, escritorio, teléfono y un sofá de dos plazas, con una gran cristalera y vistas al jardín. Lo único enano es el armario,casi testimonial, complementado por una barra externa hasta la pared para colgar perchas.
El personal del hotel no es que sea de lo más simpático, pero correcto y amable en todo momento.
Pero lo más impresionante del hotel son sus escaleras. ¡Me río yo de aquellos que practican deportes extremos! A su lado, el puenting, rafting y demás actividades son mariconadas. Si divertido es bajarlas (yo calzo un 45), ¡es alucinante subirlas, casi como una escalera de mano! Os lo recomiendo encarecidamente. Para los que no os guste el riesgo, existe un ascensor totalmente enmoquetado de pelo que es una pasada.


Escalera del hotel


Vista del pequeño jardín desde la habitación

El desayuno está muy bien y se sirve en un pequeño comedor, junto al bar,con vistas al jardín. Son mesas para dos y no intentéis juntarlas. Los holandeses son muy cuadriculados en cosas como éstas.

2º) Alquiler de bicis en Amsterdam.
Nosotros alquilamos dos tandems en MacBike y os lo recomendamos por precio, calidad y diversidad de puntos en la ciudad. Las nuestras las cogimos en Leidseplein, por cercanía con el hotel. 25 euros por 24 horas.
La bici en Amsterdam sirve de vehículo para ver la ciudad en mucho menos tiempo que andando, la puedes aparcar en casi cualquier sitio (con doble candado, eso sí) y te permite ver la ciudad de una forma totalmente diferente, incluso los parques. Recomendable 100%


Tandems de MacBike

3º) Comer en Amsterdam.
Amsterdam no es una ciudad barata para comer de restaurante, pero sí tiene unos precios muy interesantes en los supermercados. Una forma barata y divertida para la familia de comer (si el tiempo lo permite) es el picnic en parques y jardines. Es una práctica muy habitual entre los locales y os permite mezclaros con ellos.
Nosotros nos llevamos un pequeño mantel y comimos el primer día en Museumplein.


De picnic al estilo local

Una pequeña reseña en cuanto a compras de comida se refiere. Hay bastantes problemas con utilizar las tarjetas de crédito tanto en supermercados en Amsterdam como en casi todos sitios en el resto del país. Llevaos bastante efectivo u os quedaréis cortos. La principal cadena de supermercados de alimentación Albert Heijn, no admite estas tarjetas.
Si andáis por la zona de los museos, os recomiendo cenar en el restaurante mediterráneo Pompa, en Willemsparkweg 6. Buena comida a precios razonables. Tened cuidado porque las raciones son enormes. No pidáis más de un plato. Si andáis por el centro, la mejor opción es La Place, sobre todo en la Open Bare Bibliotheek, entre la Estación Central y el Nemo.

4º) Mercadillos y parques en Amsterdam.
Es recomendable ir al menos a un mercadillo en la ciudad, para sentir su pulso y mezclarse con la gente.
El de Albert Cuyp es el mayor de la ciudad y en él compran tanto locales como turistas. Tenéis de todo y a precios asequibles.


Albert Cuypmarkt

Si queréis un mercadillo más orientado al turismo, pero en el que podéis también encontrar de casi todo de segunda mano y comer en uno de sus varios kioscos con terraza, acercaos a Waterlooplein. Muy recomendado y justo a la espalda de Rembrandthuis (la casa de Rembrandt)
Otra faceta a no perderse en Amsterdam son sus parques. Merece la pena pasarse por ellos en la tarde.
Los holandeses salen de trabajar entre las 5 y las 6 de la tarde (horario de cierre de comercios y oficinas) y se van a cenar al parque, incluso con barbacoas portátiles consistentes en una especie de olla que apoyan sobre el suelo.
Los parques se llenan de bicis, manteles, gente y bullicio.


Parque Sarphati, cerca de Albert Cuyp, una tarde cualquiera de verano

El principal parque de la ciudad es el Vondelpark. A un tiro de piedra de nuestro hotel, con lagos, jardines, carriles bici y actuaciones en directo en verano. Cerca del mercadillo de Albert Cuyp está el coqueto Sarphatipark.
En todos ellos os podréis entretener dando de comer a los patos y otras aves acuáticas y acceder, como no, en bici.

5º) Reproducción de un velero de la Compañía de Las Indias. El Amsterdam.
Se encuentra, de momento, enfrente del museo de la ciencia, Nemo, en Oosterdok, mientras se restaura su lugar habitual, el museo de la marina.
Un rato entretenido y bonito para pasar con o sin niños.



6º) Circuito alrededor del IJssel.
El circuito lo contratamos con Bike Spain, como el resto de españoles del grupo, pero la compañía que al final opera el tour es HAT tours, pudiéndose contratar el mismo circuito desde múltiples mayoristas de todo el mundo.
En Bike Spain, aunque al parecer llevan varios años haciendo el circuito con la operadora holandesa, no tienen muy claros algunos aspectos del viaje. Por ejemplo: se nos preguntó si queríamos un camarote cuádruple o dos dobles, porque, en este último caso, dispondríamos de dos servicios en lugar de uno. El barco tiene servicios compartidos. Y el segundo ejemplo: pregunté expresamente si la comida del primer día iba incluida, a lo que me respondieron que, dada la hora de salida del barco (13:30), en Holanda ya se habría comido, por lo que no lo iba. Después de subir al barco y comernos un bocadillo que habíamos comprado, nos pusieron la comida.
Pequeños detalles que no os deben quitar la idea de contratar con ellos, pero informaos bien.
El barco.
Waterland.
Los barcos utilizados en estos circuitos son barcazas de tamaño pequeño reconvertidas para el turismo. Cargan unas 25 personas y tienen servicios y duchas compartidos. Esto, en principio, parecía un problema, pero nos hemos sincronizado muy bien en el viaje.
La principal y encarecida recomendación: ¡no cojáis un camarote de 4! Los dobles tienen bastante más espacio y la cama inferior es mayor. El de 4 no es el doble que el de 2, sino algo así como medio metro mayor.
El choque de la espaciosa habitación del hotel Sander y la primera visión del camarote fue como meterse en un auténtico zulo. Una decepción que duró todo el viaje.
Sintiéndolo, no tengo ninguna foto del camarote, porque el tamaño y el ángulo de la entrada no permitían tener una visión completa del mismo.







Diversas fotografías del IJsselmeer, tomadas de camino a Hoorn

Las comidas en el barco fueron otro problema. Me explico: se supone que habíamos contratado un viaje para familias, con niños entre 7 y 11 años. Pues bien, la dueña del barco era una excelente cocinera, pero para un restaurante de cocina exótica. No se puede pretender hacer las siguientes cenas y que un niño se las coma: pollo tandori indio (picante), fajitas de chili con carne mejicanas (picante), couscous del Magreb (especiado), etc.
Los platos estaban muy buenos, pero no eran aptos para niños. Tuvimos que comprar embutido y pan en supermercados para que mis hijas cenasen algo.
Esto no tiene por qué ser extensible al resto de barcos de la compañía. Las comidas y el trato a bordo dependen de la familia propietaria del barco, el cual es contratado por HAT Tours. Cada cocinera debe de ser un mundo...
El guía.
Debo reconocer que sin Jeroen, nuestro guía, las rutas en bici no hubiesen sido tan divertidas. Sí, lo afirmo. Era un hombre que, parecía, nunca había salido de su ciudad natal, La Haya, y que desconocía por completo el país y por supuesto las rutas a seguir en cada momento, por lo que, ¡siempre nos perdíamos y teníamos que dar la vuelta varias veces al día! ¡Qué aburrido hubiese sido el viaje sin estos kilómetros extra! Como ya era algo habitual, el grupo se lo tomaba con alegría y bromas. Si no llega a ser por uno de los alemanes del grupo, que llevaba GPS, habríamos visitado de paso Dianamarca.
En serio. Supongo que HAT tours tendrá guías profesionales y experimentados, pero nos tocó el becario (mote que le pusieron en el circuito). Un hombre que era la primera y la última vez que hacía de guía, que no había viajado por su propio país ni preparado tan siquiera la ruta que teníamos que hacer. Tímido como él solo, no se integraba en los tiempos muertos que teníamos en el barco, ni nos explicó absolutamente nada sobre las ciudades que visitamos: aquí Elburg, aquí el grupo.
Pero tuvimos la enorme suerte de tener un grupo majísimo y cohesionado que hizo del circuito algo muy agradable. Si íbamos por allí, pues por allí, si hay que dar la vuelta, pues se da. Nadie se salía de tono, no discutíamos, nos llevábamos todos bien... Pasar 24 horas al día en un espacio tan reducido como el barco y seguir juntos de circuito con alguien que estropee el viaje debe ser muy duro. Gracias a todos.


Otra vez perdidos. (al fondo, a la izquierda, buscando una vez más el camino)

7º) Las visitas durante el circuito.
El circuito alrededor del IJsselmeer está muy bien diseñado. Tanto las distancias de las rutas en bici como las ciudades, pueblos, museos y parques naturales que se visitan cumplen, en mi opinión, las expectativas. Si dais con un guía con sangre y no horchata seguro que aprenderéis mucho.
Os daré detalles en el relato del viaje.




Algunas visitas del circuito

8º) El tiempo.
No os creáis lo que os dicen las guías sobre los Países Bajos. Aquí no llueve. ¡Es sólo márketin para turistas! Nosotros hemos estado dos veces y no ha llovido.
En serio. Hemos tenido la enorme desgracia o suerte (depende de como se mire) de tener una ola de calor durante el viaje. Pedaleando a más de 30 grados a la 1, 2, 3 ó 4 de la tarde, cual japonés en Toledo.
Con todo y con eso nos llovió una de las tardes y por la mañana temprano de día siguiente. Amaneció un día totalmente despejado y en pocas horas el tiempo cambia radical. Hay que llevar bañador y chubasqueros en las alforjas, pero nos sobró toda la ropa de abrigo de la maleta.


Refujiándonos de la lluvia

9º) Paseo en barco por Giethoorn.
Una de las preciosas localidades que se visitan es Giethoorn, otra de las muchas Venecias del Norte.
Existen unos barcos tipo góndolas, llamados punt, y guiados con pértiga que podéis alquilar para recorrer sus cuidados canales y el lago adyacente, pero, nosotros, tras la experiencia del día anterior del paseo en canoa, optamos por barcos a motor eléctrico. Limpios, silenciosos y mucho más cómodos.
Os recomiendo este paseo ya sea en tipo de barco o en otro. Es bonito y relajante.


Canal de Giethoorn desde el barco


Parte del grupo en dos de las barcas

En resumen, un viaje muy interesante, con mucho y buen pedaleo, visitando preciosas localidades y con actividades suficientes para no aburrirse, pese a los pequeños inconvenientes que os he contado.
Lo siguiente: el diario del viaje.

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