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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Conceptos equivocados.

Muy al contrario de lo que se podría pensar en este país, las estadísticas muestran que las personas que usan la bicicleta como medio de transporte en los países donde su uso está generalizado, pertenecen a las clases media/alta de la sociedad. En Holanda, por ejemplo, son las clases con menos medios los que más utilizan el coche. ¿Razones? ¿Sigue siendo el coche una forma de aparentar? En España, por desgracia, sí.
Muchas personas consideran el vehículo privado como una prolongación del ego (o de la líbido, vaya usted a saber). Cuanto más caro, potente y difícil de aparcar debido a su tamaño, mejor. Muchas veces no se mira la parte práctica del vehículo, sino la de falsa posición social.
Si preguntas a un habitante de Copenhague por qué utiliza la bici, el 80% te responderá porque es el modo más rápido y cómodo de desplazarse. Sólo un 20% aduce razones de salud o ecología. Unido a unas buenas infraestructuras para ciclistas, este vehículo es el más práctico.
Esta "cochitis" incomprensible se acrecienta en pequeñas ciudades como Ciudad Real. Hay gente que coge el coche para ir al trabajo, viviendo tan sólo a un kilómetro del mismo y teniendo que dar vueltas para buscar aparcamiento durante 10 ó 15 minutos, tiempo que tardaría en llegar andando, sin gastar ni un duro ni contaminar. ¿Comodidad? ¡No, tontería!
Resultado: calles atestadas de coches, atascos donde no debería haberlos y continuas quejas porque no hay aparcamiento. Si se racionalizase su uso, desaparecerían estos problemas.
Así que no confundamos los conceptos de clasismo social y raciocinio y evolucionemos hacia Europa de una vez.

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