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viernes, 10 de agosto de 2012

Las bicicletas NO son para el verano.

¡Aquí está la tan manida frase! Pero me viene al pelo para hacer una apreciación totalmente personal sobre el tema.
Siempre se asocia el uso de la bicicleta al buen tiempo, al calorcito y, según la publicidad televisiva, a bucólicos paseos bajo el sol. Y no hay más que ver el incremento estival de ciclistas en nuestras ciudades para creer que es verdad.
Pero éste no es mi caso. Con la ola de calor actual (hoy previsión de 43 grados a la sombra en Ciudad Real), que abres la puerta de casa para intentar salir y te quedas sin pestañas, apetece bastante menos coger la bici que con el fresco. Fallan las fuerzas, llega el agobio, no paras de beber agua...
Hoy, me tocará volver del trabajo, a eso de las 2 del medio día, a esos 40 y pico grados, echando de menos los 10 ó 15 a los que vuelvo en invierno, con tu cazadora, tus guantes y ese espabilo que hoy será modorra contra el aliento del dragón. Porque como dicen los daneses: no hay tiempo desagradable, sólo ropa inadecuada. El problema, es que en verano ya no te puedes quitar más ropa, porque, aún desnudo, sigues teniendo calor.
Así que, bendita primavera, bendito otoño y, también, bendito invierno (para mí), pero no el verano.

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