Ya escribí un artículo sobre el tema de los gimnasios y la bicicleta allá por enero, pero comentando sobre el tema el otro día, salió a colación lo extrañamente incomprensible que resulta a veces el comportamiento humano.
El tema de debate fue el siguiente. Comenté que, en una ciudad en la que se tarda media hora en trasladarse de punta a punta caminando y la media de desplazamiento hasta el punto concreto de la discusión no debe superar los 20 minutos, me parecía ridículo que el aparcamiento del nuevo macro-gimnasio y las calles adyacentes estuviesen siempre abarrotados de coches. Es lógico que personas de fuera de la capital, personas que aprovechan la vuelta del trabajo, etc. lo hagan, pero no todo el mundo.
Me rebatían que caminar durante veinte minutos para ir al gimnasio y luego hacer allí el deporte de turno no era factible.
¡Pero vamos a ver! ¡Seamos un poco lógicos! Estuve haciendo musculación durante dos periodos de 5 años cada uno y conozco bastante bien el tema. Antes de comenzar con las pesas, se calienta, o bien en la bici estática o bien en la cinta de correr, durante al menos 10 minutos. Se realiza la rutina de entrenamiento y, después, se hace "cardio" entre 20 minutos y media hora.
Cualquiera que sepa sumar verá que, la parte cardio-vascular suma entre 30 y 40 minutos, el mismo tiempo que se utilizaría en ir y volver al gimnasio andando (en bicicleta bastante menos). ¡Pero la gente prefiere ir en coche y luego, en un sitio cerrado y con las mismas vistas siempre, tirarse media hora en una bici estática o andando sobre una cinta de goma! ¿No sería mejor disfrutar del camino y centrarte sólo en la rutina de tu deporte elegido?
Incongruencias de ése mal llamado ser racional.
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