Os escribo esta carta porque soy consciente de que en el día de ayer los Reyes trajeron muchas bicicletas de regalo a vuestros hijos.
Todos recordamos la enorme ilusión que provoca la primera bicileta en un niño, la primera vez que te sientes libre para moverte sobre ella a tu antojo y la felicidad que provoca el día en el que empiezas a pedalear solo y sin la ayuda de ruedines, tanta, que es algo que no se olvida nunca, aunque lleves 10 años sin pedalear seguirás sabiendo montar en bicicleta.
Por todo esto os pido que enseñéis a vuestros hijos que la bicicleta no es sólo un juguete, sino que es un vehículo que te da autonomía y que hace que nuestras ciudades sean más amables para con sus conciudadanos. Que les animéis a que esa felicidad, ilusión y autonomía de movimiento no sea algo pasajero, que perdure a lo largo de toda su vida y que sigan pedaleando para que esas sensaciones no sean pasajeras, sino una manera de afrontar un futuro más humano, con menos humos, sin ruidos y sin dependencias. Un futuro que dependerá de ellos y de su forma de desplazarse. Porque para moverse, no hay vehículo mejor ni más gratificante que una humilde pero poderosa bicicleta, capaz de cambiar el mundo.
Agradeciendo de antemano vuestra colaboración, un abrazo a todos.
Bicilenta.
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