A pesar de los vaivenes de la sociedad, hay elementos materiales y sobre todo actitudes que perduran y resisten las mareas de modas y modismos, condicionamientos y condicionantes.
La bici, considerada hasta hace relativamente poco como un elemento de hippies, de personas con bajos recursos o de locos, ha pasado a ser algo que "está de moda". Se utiliza en publicidad, se considera como un elemento más de decoración trendy en las sesiones fotográficas de los grandes modistas. Se viste, se decora, se transforma en obra de arte, se crea en prototipo por grandes firmas automovilísticas... No hay pijo moderno que pueda vivir sin ella.
Pero cuando esta fiebre, como tantas otras, pase, quedará el poso que realmente importa, ser un medio de transporte sencillo, útil, respetuoso, sin edad, sin condiciones sociales, sin acritud y sin límites. Porque a pesar de los modismos, toda esta atención sirve para abrir los ojos a sectores antes ciegos a la bici.
Cuando la ola se retira, todavía queda mucha agua en la arena, y estamos aquí para quedarnos...
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