Por desgracia, es algo que está muy de moda. Salvando las enormes diferencias, a todos nos horroriza ver cómo, en algunos países musulmanes, una mujer es condenada a ser lapidada o flagelada por ser violada, siendo la victima.
En España llevamos un tiempo haciendo lo mismo, en protestas, deshaucios y demás reivindicaciones.
Y ahora le toca el turno a los desplazamientos en bicicleta por nuestras ciudades. Tras el ataque directo de la DGC (Dirección General de Coches) con el nuevo borrador del RGC (Reglamento General para Coches, otra vez), aprovechando noticias tan tristes y deplorables como el atropello de un ciclista de 14 años, acontecido ayer, tertulianos de poca monta, que se creen periodistas, se dedican a criminalizar el uso de la bicicleta tildándola de peligrosa para usarla en ciudad.
Veamos, ¿acaso la bicicleta ha causado algún daño, tanto a su conductor como al conductor del vehículo a motor? ¿Si el coche no lo hubiera embestido, hubiese habido peligro alguno?
¿Cuándo, de una puñetera vez, nos vamos a dar cuenta de que el peligro es el coche? ¿Cuándo se va a acotar la velocidad, se le van a poner trabas y se va a criminalizar, con penas legales más acordes, su abuso y prepotencia? ¿Cuándo van a dejar de machacar a las victimas?
Desde luego, mal cariz tiene este cambio necesario de perspectiva. La DGC y sus satélites, están orquestando esta campaña del miedo en medios de comunicación para justificar sus desmanes y sacarnos de las calles. La respuesta, ser cada vez más. Peatones y ciclistas.
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