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viernes, 8 de noviembre de 2013

Hostilidad orgánica.

No sé si sólo es apreciación mía o es algo que, por lo bajo y como un subterfugio, está ocurriendo realmente.
Aún recuerdo que siendo niño, ni te lo planteabas. Cogías la bici de turno y, ya fuera por calles muy transitadas, parques, plazoletas, descampados o, sí, aceras, te ibas a donde habías quedado con los amigos o te apetecía ir. Los coches, no nos engañemos, eran los mismos que ahora, en iguales ratios sobre el nivel de población y las calles incluso más peligrosas, con menos visibilidad y peores medidas de seguridad que las actuales. Y, lo mejor de todo, es que no recuerdo problemas con los coches. O eres demasiado inconsciente o inocente o no oías siquiera que te pitasen.
Y eso se ha seguido haciendo durante años, lo de montar en bici sin plantearte nada más, me refiero. Muchas personas se han desplazado en bicicleta por ciudades y carreteras hasta hoy en día y muchas de las que lo abandonaron por un susto, echan mucho de menos su uso.
Y surgió algo. Algo de lo que los medios de comunicación de masas y los próceres del país se hicieron eco, una moda llamada bicicleta.
A partir de ese momento, algo que era de lo más normal, produjo dos bandos, o incluso tres: los a favor, los a favor pero no y los totalmente en contra. Surgieron movimientos ciclistas para defender su uso y su derecho, administraciones con lavados de cara al público y lavado de manos de privado y una especie de corriente de odio al ciclista por parte de quien antes no les prestaba atención.
¿Hay ahora más uso de la bicicleta que, por decir algo, en los 80? (en ratios me refiero) ¿En los 90 no pedaleaba nadie? ¿Quién nos ha metido en esta guerra de unos contra otros en lugar de convivencia? ¿Hostilidad orgánica o rechazo a algo que se ha vendido como moda y en realidad no debería serlo? ¿Es mejor pasar desapercibido que ser el foco de atención?
Vosotros, ¿qué opináis?

1 comentario:

ciclista dublinesa dijo...

Parece que hoy en día hay que ser hostil a algo o alguien..si no son los fumadores, son los ciclistas etc.. En éste último caso, todos/as deberíamos valorar que por cada ciclista en las calles de nuestra ciudad hay un coche menos. Así que los que están sentados en sus coches en un atasco deberían ser los más agradecidos. En lugar de ésto, las miradas de hostilidad orgánica van que vuelan, o son miradas de envidia?