Hay cosas que los estrechos de mente no se explican. Hechos extraños que, en lugar de remover conciencias, provocan la calificación de locura en los más recalcitrantes ignorantes.
Algunos lo pueden calificar de hipocresía, de vender al resto del mundo lo que no quieres para ti, pero a mí me parecen actitudes totalmente vaĺidas sobre el concepto del bienestar ciudadano.
Y estoy hablando en concreto de dos países europeos, que a pesar de ser productores de petroleo, fomentan el uso a la baja de éste entre sus habitantes.
Y estoy hablando de los Países Bajos y de Noruega. El primero es bien conocido por todos. La poderosa, contaminante y poderosa Shell, no puede con las bicicletas de sus ciudadanos y la compra y mantenimiento de coches está muy penalizada con impuestos, hasta convertirlos en auténticos artículos de lujo.
En Noruega, no sólo se dan iguales condiciones en cuanto a la tenencia de un vehículo a motor, sino que no se invierte apenas dinero en carreteras, son estrechas y aquí serían consideradas "tercermundistas". Además, los ciclistas están priorizados en todas ellas, así como en sus calles y el control de la velocidad es tan exhaustivo que superar la velocidad en más de un 20% conlleva penas de cárcel y un aviso a tu empresa para que te contemple como persona "non grata". Teniendo en cuenta que Noruega vive literalmente del petroleo, que era un país "pobre" antes de encontrar sus yacimientos, si no es por anteponer el bienestar ciudadano a pretensiones económicas estratosféricas o, simplemente, por esa mentalidad nórdica de la tranquilidad y la educación extrema.
En la otra orilla, aquellos que por producir se creen que siempre será así y durará eternamente, con sus excesos y sus ostentaciones sin límite, y el caso aún más flagrante de los que dependen totalmente del exterior para su energía y la desperdician sin contemplaciones.
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