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lunes, 13 de enero de 2014

Rehabilitación/restauración de bicicletas. Pintura.

Cuando nos disponemos a rehabilitar una bicicleta para su uso, en lo primero que solemos fijarnos, a parte del óxido, es en el estado de la pintura. Los seres humanos somos así, nos gusta todo brillante y bonito y lo primero que llama nuestra atención en una bicicleta es la pintura, la capa más superficial de la misma.
Lo que la mayoría del público desconoce es que, una pintura original, con sus arañazos, desconchones y sus calcas maltratadas por el tiempo, no sólo aumenta el valor económico de la bicicleta, sino que conserva otro más importante aún, el valor cultural de la misma. Porque por mucho que nos empeñemos, ni los componentes ni el color serán igual a los originales, por poco tiempo que tenga la bici. De todas formas, encontraremos muchos casos, sobre todo en la restauración de bicicletas antiguas, en los que el óxido, ese mortal enemigo del metal, ha campado a sus anchas por el cuadro y no es que sea recomendable sustituir la pintura, sino casi obligatorio.
En consecuencia, como en casi todas las actuaciones necesarias para volver a poner en marcha una bici, habrá que valorar el daño, siempre optando por el método menos invasivo con la autenticidad de los elementos.
Comenzaremos con éste, restaurar daños en la pintura.

Cuando la pintura sólo tiene pequeños desconchones, arañazos, caliches, etc. lo mejor, más rápido y menos destructivo es repararlos.
Para realizar este cometido, lo primero y esencial es deshacernos del óxido subyacente, que puede a la larga terminar perforando el cuadro. Para ésto existe un método sencillo y efectivo, utilizar un transformador de óxido que además de desactivarlo nos servirá de imprimación.

Pintura desaparecida y manchas de óxido en los soportes de la rueda trasera.


Tras aplicar el transformador, las superficies oxidadas aparecen en color negro.

Este proceso se puede realizar también por medios mecánicos, pero será mucho más laborioso y con el riesgo de dañar partes en buen estado.
Una vez que el óxido se ha eliminado, procederemos con otro sencillo método que, a pesar de no ser tan efectivo como el repintado de la bici, nos permite reparar esas pequeñas faltas de la pintura y volver a proteger el metal. Se trata de utilizar una pintura lo más similar posible a la original, si no la misma, usando el mismo sistema utilizado en la corrección de los cromados mediante "plateado", extendiendo la pintura con un paño sobre las zonas afectadas. La pintura permanecerá en las zonas donde ha desaparecido y, sin dejarla secar, se difumina sobre la laca de las zonas en buen estado.

En este caso, la elección de la pintura es sencilla, ya que la bici es plateada. En el resto, habrá que buscar la más acorde con la original.

Arañazos antes del proceso.
 
El resultado después de extender la pintura con el paño de algodón. Las diferencias de profundidad se notan, pero el efecto visual mejora en gran manera.

Para mi gusto, este es el método con mejores resultado y baja complejidad. La utilización de laca de uñas de color similar o extender la pintura con pincel son también efectivos, pero suelen notarse los "brochazos".

Por otro lado, si es necesario un repintado total de la bicicleta, tendremos que seguir los pasos normales en cualquier pintura sobre metal: eliminación total de la pintura vieja, imprimación, pintura y lacado.
El primero, la eliminación de la pintura vieja, será necesaria en la inmensa mayoría de los casos. Sólo en aquellos en los que la pintura se encuentre en perfectas condiciones (recomendable la restauración de la misma) no será necesario más que un lijado superficial.
Los métodos de eliminación de la pintura se pueden realizar mediante medios mecánicos o químicos.

Los medios mecánicos se basan en cepillos manuales o unidos a un taladro. Menos agresivos con el medio ambiente pero más lentos. Los medios químicos se basan en decapantes y disolventes. Peligrosos pero efectivos.

Imprimación, pintura en espray y laca. 



No voy a ahondar más en este tema, ya que existen cientos de páginas en Internet, con vídeos, que explican cómo repintar una bicicleta. Pero, lo que si quiero dejar claro es que este artículo quiere sólo mostrar aquellos casos de restauración en los que se pretende la conservación original de la bicicleta. Sobre el mundo de la pintura, colores. La imaginación, como en el resto de la vida es la parte más importante.
Si el color de tu bicicleta no te llena, si su textura te aburre o si deseas expresarte sobre ella, ¡cámbiala! El límite, el cielo.


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