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miércoles, 14 de mayo de 2014

La primera en la frente.

Voy a ser breve y conciso.
Felicito a la DGT y a su estupenda campaña para quitar el tráfico de bicicletas de nuestras ciudades, no sólo de sus calzadas, sino también de sus parques, calles privadas y patios de casas (según la norma "en cualquier vía"), mediante la desincentivación de los más pequeños.
Ayer, 6 de la tarde, mi hija menor me propone que demos un paseo en bici. Yo, encantado, además tenía que ir a mirar unas piezas. ¡Estupendo!
- Venga, pero te tienes que poner el casco porque nos obligan a ello (los calificativos a los que "nos obligan" me los ahorro).
- ¿El casco? (recién comprado el sábado). Entonces mejor no, que hace mucho calor.
- Anda, si no da calor (intento convencerla).
- ¡Que no, qué con casco no, que hace mucho calor!

En definitiva, nos quedamos en casa. ¿Podría haberme declarado insumiso? Sí, cómo no, pero como no sé de qué pie cojea la policía en mi localidad, no puedo jugarme 200 euros.

Gracias señora Seguí, una medida de lo más eficiente para cortar de raíz.

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