Ya está terminada, a falta de la dinamo, la pequeña Peugeot.
Pasar de esto,
a esto,
No ha sido tarea fácil, y me ha hecho aprender varias cosas, entre ellas, que restaurar una bici pequeña como ésta no es menos costoso, ni en tiempo ni en dinero, que restaurar una grande y que no vuelvo a pintar otra de blanco. El color (elegido por las féminas de la casa), para que cubra y quede bien, es muy difícil de aplicar. El resultado final es muy bonito, pero lleva trabajo.
Las calcas son una adaptación de las que llevaba la Record du Monde de los años 60. Son las más parecidas que encontré y tuve que modificarlas para que cupieran en el cuadro. Las del guardacadenas y horquilla están escaneadas y adaptadas de las pegatinas compradas.
Los neumáticos con el lateral blanco le dan ese toque Blanco y Negro que he adoptado como nombre de la bici.
Los puños son nuevos, aunque conservando el toque de la época con un caracter más actual.
Piloto trasero Rinder original de los 70.
El faro delantero es una imitación de los Soubitez franceses de la época.
El sillín es una réplica de los Raleigh de los 60-70.
El timbre setentero completa la bicicleta.
La bicicleta, como podréis apreciar en la primera foto, estaba en bastante mal estado, faltándole más de la mitad de las piezas y con piezas de otras bicis, de hecho, iba camino de la chatarra cuando me decidí a recuperarla (no puedo ver una bici sin que vuelva a intentar hacerla rodar). He conservado todo lo original que he podido, dentro de mis posibilidades monetarias, o he utilizado elementos originales de la época que, aunque no sean propios de la bici, le vienen bien (mil gracias a Agustín por los guardabarros). Lo insalvable, ha sido sustituido por lo más similar posible.
El sillín que traía, era de BH. Lo restauré, retapicé y ahora forma parte de la BH Gacela del 80, lugar que creo es más apropiado para él.
Y así ha quedado Blanco y Negro, con su esencia original aunque un poco actualizada.
Lo que más feliz me hace, como siempre, es que otra bicicleta sentenciada pueda volver a rodar por las calles.
El sillín que traía, era de BH. Lo restauré, retapicé y ahora forma parte de la BH Gacela del 80, lugar que creo es más apropiado para él.
Y así ha quedado Blanco y Negro, con su esencia original aunque un poco actualizada.
Lo que más feliz me hace, como siempre, es que otra bicicleta sentenciada pueda volver a rodar por las calles.
