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jueves, 6 de agosto de 2015

Cultura y respeto.

Dicen por ahí que ser culto significa saber adaptarse a la situación en la que uno se encuentra y actuar de la manera adecuada a esa situación. Pero yo quiero ir un paso más allá y añadir que también debe significar respetar a los que se encuentran en ese momento en una situación distinta a la tuya.
¿Y por qué digo esto? Porque me parece muy absurdo el que se utilice esta máxima para convertirte en un ser voluble, en aras de que la situación no te afecta en ese momento. Y me explico.
Cuantas veces nos topamos con ese forofo del ciclismo deportivo (léase yacente televisivo del Tour, La Vuelta, etc.) que adora a los grandes ídolos de la fibra de carbono y no respeta a aquellos pedaleantes que le estorban por calles y carreteras.
Caso más sangrante aún, el del "ciclista dominguero", que viste todos los complementos para la ocasión y porta "camel back", que durante el resto de la semana se mueve en coche y no tiene ni la más mínima consideración con el resto de ciclistas en la vía (éste tipo tampoco suele mostrar ni la más mínima norma de respeto cuando va en bici).
Aquel que, muy extendido en este país, asocia bienestar económico con vehículo a motor privado, que "respeta" el uso de tranportes públicos y máquinas de pedales por aquellos menos favorecidos y que, para él, montar en autobús es como ir a un parque de atracciones.
La Cultura de la Bicicleta se perdió en España por culpa de éstos y aún no hemos sabido reaccionar.



Si conduces un vehículo a motor, adáptate a la situación, pero respeta al resto de usuarios de la vía. Si vas en bici, de forma cotidiana o esporádica, haz lo mismo. Porque la cultura de cada cual se basa en la adaptación y el respeto, no en la pedantería y en la prepotencia y hay que tener muy en cuenta que, tarde o temprano, nos encontraremos en el lugar del otro, aunque sea por un instante.

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